No se lo digas a nadie es la primera novela publicada por Jaime Bayly, conocido por muchos como el famoso periodista político y de farándula. Sin embargo, tiene otra faceta: la de escritor. A lo largo de su carrera, el autor peruano ha escrito diversas obras como El cojo y el loco, Yo amo a mi mami, Los últimos días de la prensa, entre otros.

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La novela fue publicada en 1994 por la editorial Seix Barral, siendo esta la primera obra del niño terrible. Según lo que cuenta Bayly en el prólogo de la edición del trigésimo aniversario del libro, Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, lo animó a publicar No se lo digas a nadie, a pesar de su indecisión por las posibles consecuencias que la novela podría tener en su vida y en la de su familia. Bayly también explica que no fue un camino fácil debido a los traumas de su niñez y que presentó problemas de salud mental que lo llevaron hasta el consumo excesivo de drogas.

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La obra empieza con Joaquín Camino, protagonista y alter ego de Bayly, quien en su infancia quiere ser sacerdote para complacer a su madre. A medida que pasan los años, Joaquín vive experiencias traumáticas con los miembros del Opus Dei, una institución de la iglesia católica que tiene por objetivo la evangelización. Esto no solo lo decepciona, también lo hace alejarse de la religión, mientras que su madre se hace más devota conforme la obra avanza. La novela también abarca la curiosidad y confusión del protagonista quien no sabe si lo que hace está bien, lo cual lo lleva a un desorden interno porque no lo aceptan cómo es y sabe que no lo harán. Asimismo, relata la mala relación de Camino con su padre el cual siempre fue muy rígido y nunca le dio el cariño que él necesitaba, sino lo trataba de manera hostil, con la idea de que eso lo haría «más hombre». Como la vez que su padre lo llevó a perder su virginidad con una prostituta, lo cual Joaquín no pudo hacer. También retrata comportamientos abusivos por parte de profesores y compañeros del personaje en la escuela. La novela explora la vida amorosa y sexual de Joaquín Camino y profundiza en los factores que lo llevaron al consumo de drogas duras y las consecuencias que estas le trajeron.

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No se lo digas a nadie deja al desnudo a Lima, una ciudad carente de empatía, abusiva, homofóbica, transfóbica, corrupta, clasista y desmedida. No es una novela muy técnica, es más rico el enfoque, la perspectiva y la crudeza que quiere mostrar el autor que las palabras cultas o sofisticadas. No es igual a una obra metafórica, más bien es directa, no deja mucho a la imaginación, cuenta todo con detalles.Esta novela busca profundizar, con una dosis de sarcasmo y comedia, experiencias personales del autor, como la discriminación por su bisexualidad, el clasismo que percibía hacia las demás clases desde su posición de comodidad económica, la influencia de la religión llevada al extremo y el uso desmedido de drogas. Jaime Bayly hace una crítica a la sociedad homofóbica y machista peruana a través de su humor satírico y su estilo determinante, característico en su labor como periodista. La novela no busca dictar lo que está bien o mal, sino retratar una realidad en la que predomina la hipocresía y la desconsideración.Además, la obra refleja las carencias de la sociedad limeña de los noventa como la falta de educación sexual, de apoyo psicológico, entre muchas otras más.

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No se lo digas a nadie llegó en el momento indicado, quizás no sea la mejor obra de Bayly, pero sí la más representativa, personal y la que marcó un antes y un después en la mentalidad de los peruanos, hablando sobre los tabúes que existían. De tal forma que la novela fue adaptada en una película con el mismo nombre. Si bien, es cierto que en el Perú hubo avances, pero tiene todavía demasiado por mejorar en los aspectos señalados por Bayly.