4:27 AM, October 27, 2022
Misterio y Suspenso, Drama, Novela
Jeffrey Eugenides
Puntaje: (4.5)
María Sofía Muro JuárezLas vírgenes suicidas
“Las vírgenes suicidas” es un libro narrado por un grupo de adolescentes en el cual se comprende perfectamente lo que es la “mirada masculina” (male gaze). Los narradores nos cuentan vivencias de su propia adolescencia, la cual estuvo marcada por el suicidio de las 5 hermanas Lisbon. Ellos nos relatan desde sus recuerdos, a pesar de seguir estancados en el pasado, el misterio que rodea el suicidio de las hermanas. Se centran en los motivos de sus suicidios. Nos demuestran todo esto a través de “reliquias” que conservaban de ellas, tanto el diario de Celia, como las notas que las chicas les mandaban todas las noches.
Las hermanas Lisbon eran extrañas e impersonales. Se les trató como objetos incesantemente durante toda la novela. Las veían como muñecas perfectas e incapaces de cometer un error. Las hermanas Lisbon eran: Celia, la menor, quien muere primero; Therese, obsesionada con su radio y música; Bonnie, quien mantiene su inocencia a pesar de su edad; Mary, quien baila con un Kleenex en la mano y Lux, la más atrevida de todas. En casi toda la obra se nos muestra a las chicas como “perfectas” y distanciadas de la realidad; sin embargo, ciertas partes del escrito nos brindan pedazos de su realidad y permiten que ellas tengan una dignidad fuera de cómo son observadas por los muchachos del vecindario. A pesar de ser analizadas, mostradas y estudiadas, ellas nunca son reveladas, al menos no a los chicos, quienes entienden que todas sus preguntas nunca tendrán respuestas y nada de lo que hagan va a ayudar a entenderlas. Lo único que lograron fue idealizarlas más, mantenerlas cada vez más fuera de su alcance.
La atención al detalle en la narración nos hace sentir en casa, nos reconforta. Al sentir el desarrollo de la historia, se construye un mundo cerrado y atmosférico que el libro opera dentro de una claustrofobia adictiva. Incluso a personajes tan irrelevantes como Trip Fontaine, el primer y único amor de Lux, o Dominic Palazzolo, el crush de Celia; se les da atención similar que a los personajes principales.
En la atención al detalle parece como si los narradores buscaran obtener una moralidad irreprochable, un esfuerzo a fin de defender su autoridad para contar la historia de las chicas Lisbon. Al descubrir la historia de las chicas e intentar rastrear su pasado, pueden anticiparse a las acusaciones de agenda narrativa o impropiedad, como si la cantidad de información pudiera sustituir a la verdad. Incluso a medida que todos los detalles se acumulan, extraídos de todos los rincones imaginables del vecindario, oscurecen el panorama general. Cuando los niños se comunican directamente con las chicas, tomándose turnos para reproducir canciones por teléfono en intercambios vacilantes y misteriosos; ellos escriben los títulos de las canciones, el orden en que se reproducen, pasándose el “receptor adhesivo de oreja a oreja”, como “presionar nuestros oídos contra el pecho de las chicas”.