Cien años de soledad
«Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.» Así empieza Cien años de soledad, la obra cumbre, no solo del magnífico autor, premio Nobel de Literatura 1982, Gabriel García Márquez, sino también del realismo mágico, corriente principal del artista colombiano. Traducida a múltiples idiomas y vendida en todo el mundo, esta legendaria obra marcó un antes y un después en la literatura latinoamericana.
Esta inmortal novela consta con veinte capítulos no titulados, en los cuales se narra la historia de la estirpe de la familia Buendía-Iguarán, que empieza con la llegada de la familia a un pueblo llamado Macondo. A medida que la historia progresa, el lector explora a fondo los secretos y la intimidad de la familia, a su vez, discierne que el tiempo avanza en forma cíclica y no lineal y que los personajes crecen sumergidos en una combinación de fantasía y realidad. Finalmente, se puede concluir que la historia abarca la soledad de aquella familia que ha llevado a la decadencia de Macondo con rebeldías, condenas, milagros, obsesiones, incestos y guerras.
La forma de escribir de Gabriel García Márquez es exquisita, una combinación de muchas palabras no muy comunes, elegantes y profesionales que se pueden comprender por los contextos de los diversos acontecimientos junto a una indescriptible imaginación. En la novela se recrean eventos históricos explicados con la frialdad y crudeza con que sucedieron, como las guerras civiles o la masacre de las bananeras. Además, el autor colombiano, narra anécdotas de su niñez y adolescencia y toma de inspiración vivencias familiares para matizar, a la perfección, Cien años de soledad. Un ejemplo de esto es la similitud de los nombres que el escritor colocó a los integrantes de la familia Buendía; en este caso, en ciertas ocasiones, añade o elimina el apellido o coloca un adjetivo para que el lector no se confunda. Algunos de estos nombres son José Arcadio Buendía, José Arcadio, el coronel Aureliano Buendía, Aureliano José y José Arcadio. Esto lo describe el Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, en su tesis doctoral, ahora publicada como García Márquez: Historia de un deicidio y narra la siguiente anécdota: «Él [Gabriel García Márquez] lo explica así: “Mira, lo que sucede es que yo era el mayor de doce hermanos y que me fui de la casa a los doce años y volví cuando estaba en la universidad. Nació entonces mi hermano y mi madre decía: ‘Bueno, al primer Gabriel lo perdimos, pero yo quiero tener un Gabriel en casa…’”»
Uno de los ejes que presenta la novela, además de la soledad, es la lealtad, que opera como un hilo subyacente vinculado con las relaciones amorosas, familiares, políticas y sociales. Por un lado, está es la lealtad del coronel Aureliano Buendía con su causa y sus ideales revolucionarios, contrastando con la indiferencia de quienes se beneficiaban de la guerra, después, lejos de recompensarlo, se convirtió en una fuente de soledad esperando distinciones. Por otro lado, se encuentra Amaranta en una lealtad amarga con sus decisiones, rencores y rechazos, que terminó por marcar su vida de soledad, esperando un momento para redimirse que nunca llegaría, quedándose en su propia prisión emocional.
Describir Cien años de soledad es una tarea compleja por sus tantos tintes. No solo puedes decidir que es drama, comedia, tragedia o ficción, ya que es todo a la vez, tantas esquinas que visualizar, tanto que sentir y apreciar. Los personajes están tan bien construidos y a su vez tan repetitivos y cíclicos, que es lo que buscaba García Márquez con la obra, que el lector se percate de aquello y hasta juegue y se divierta con eso.
Cien años de soledad se caracteriza por concederdestinos trágicos a sus personajes, algunos más filosóficos y profundos y otros más bruscos y crueles. Esto la hace única, la existencia de referencias bíblicas o esotéricas para dirigir el camino del pueblo. Finalmente, a pesar de haber sido publicada hace menos de sesenta años, Cien años de soledad, se ha transformado en un clásico de la literatura universal, que generó una impresión profunda en la historia del arte literario. Esto y más, la convierten en una novela de cultura general que debe leerse, por lo menos una vez en la vida.